jueves, 22 de mayo de 2008
martes, 20 de mayo de 2008
Pueblos originarios
Primeras Jornadas
"Perspectivas y desafíos frente al siglo XXI"
Programa:
9:00 hs. Inscripción
9:30 Hs. Inauguración de las Jornadas: La mirada desde la ciencia social.
10:00 a 12:00 hs. Primer panel.
Morita Carrasco ( UBA), Diana Lenton (UBA)
J.Carlos Radovich (UBA)
Coordinador: Eduardo Villar (IDH- UNGS)
12:00 a 13:00 hs. Receso.
13:00 a 15:00 hs. Segundo Panel.
Pablo Wrigh t(UBA), Lucia Golluscio( UBA),
Ana Gonzalez (Sec.DDHH)
Coordinadora: Elida Morzilli (IDH-UNGS)
15:30 a 17:30 hs. Tercer panel: La mirada desde los Pueblos Originarios
Luis Pincen, Clarisa A. Salinardi, Clemente López
Coordinadora: Alina Sosa
18:00 hs. Mesa de cierre.
Patricia Monsalve (IDH- UNGS),Dina Picotti (IDH-UNGS)
Aldo Ameigeiras (IDH-UNGS)
Martes 27 de Mayo de 2008 de
Aula 314 - Campus Universitario.
J. M. Gutiérrez 1150, Los Polvorines, Pcia. de Buenos Aires .
Organiza: Instituto del Desarrollo Humano - UNGS.
Informes: 4469-7738
jueves, 8 de mayo de 2008
El teorema de los alimentos
Por Ernesto Semán
Los países que exportan productos alimenticios enfrentan en estos días una misma disyuntiva a lo largo y ancho del planeta: imponer límites a sus ventas al exterior y resistir el enojo de sus grupos propietarios, o liberar el sector externo y enfrentar las protestas de los sectores populares por el encarecimiento acelerado de los alimentos, el famoso fenómeno de la agflación.
En un país como la Argentina, donde la inflación y las protestas sociales decoraron la caída de dos presidentes y la inflación ayudó a consolidar procesos regresivos de distribución del ingreso, no cabe duda de qué tiene que hacer cualquier gobierno que no sea suicida.
En las últimas semanas, en la Argentina se organizó un lockout contra el anuncio de retenciones móviles, una protesta que contó hasta con el apoyo de algunos de los beneficiarios de la medida que los indignaba, como grupos de las clases medias urbanas. En el mismo momento, en otras partes del mundo, el traslado directo del precio internacional de los productos primarios al mercado interno provocó una ola de levantamientos en protesta por la inflación: en Haití (un importador neto) las protestas dejaron cuatro muertos. En el último mes, las protestas en Egipto, Costa de Marfil, Mauritania, Mozambique, Senegal, Uzbekistán, Yemen, Bolivia e Indonesia tuvieron el denominador común de reclamar una baja en el precio de los alimentos. En Camerún, la represión a las marchas contra los aumentos de precios costó cuarenta vidas.
La "escasez" de arroz es sin duda uno de los ejemplos más perversos de este proceso: la producción exportable llega a Europa y Estados Unidos a precios altos que aún pueden ser absorbidos por esos mercados, pero en los supermercados de los países productores el mismo precio deja las góndolas llenas de paquetes de arroz y a los potenciales consumidores con sus carritos vacíos.
La ONU advierte que la pobreza generada por el aumento del precio de los alimentos puede generar una crisis política global. El titular del Banco Mundial, Robert Zoellick insospechado de todo progresismo, mucho menos de kirchernismo alguno dice que el resultado inmediato es un aumento de la pobreza urbana como no se ve desde hace décadas. A Zoellick (y a muchos otros) le preocupa lo que parece ser un hecho consumado: en muy poco tiempo, a los países desarrollados se les puede acabar el maná milagroso de los alimentos baratos, como hace un tiempo ocurrió con el petróleo.
Para contener la inflación provocada por el aumento del precio internacional de sus productos, China, Vietnam, India, Camboya y Pakistán optaron por lo mismo que el gobierno en Buenos Aires: aplicar retenciones a las exportaciones y recortar (o suspender por completo) las ventas al exterior de algunos productos como arroz y café, para aumentar la oferta interna y contener la inflación. Todo esto sin haber llamado a Cristina Fernández ni a Martín Lousteau. Si uno es muy obstinado, puede suponer que lo único que les interesa a esos países es acumular dinero y aniquilar a sus productores para favorecer redes clientelares, que ninguno redistribuye, que el problema de la inflación no existe, o que sólo es consecuencia de que el kirchnerismo es malo y derrochón.
Con un poco menos de tozudez, a cualquiera le quedan claras dos cosas: 1) que el problema de la inflación es mundial, es urgente, avanza rápido, carcome las economías de los países exportadores de productos alimenticios y pone en tensión a sus sociedades y, 2) que las retenciones y límites a las exportaciones son dos de las pocas herramientas que el Estado tiene a mano para resistir el doble acecho de las ganancias de sus elites y las presiones del mercado global, una tenaza que oprime las entrepiernas de los gobiernos y la distribución interna de los recursos, el excedente y los alimentos.
Cuando se incluye en la foto la presión del mercado mundial que tiende a igualar globalmente los precios internos de las economías se descartan al menos tres de las ideas más obtusas que circulan en la Argentina, y que asumen como realidad las fantasías de café en las que inscriben el conflicto con el agro.
Una es que la "necesidad de recaudar" se saciaría si el Estado mejorara el cobro de, por ejemplo, el impuesto a las ganancias, algo que no ayudaría en nada a contener el precio de los productos alimenticios (lo cual no quita que, aparte, el Gobierno debería ser más eficaz en cobrar dicho impuesto).
La otra es que la voracidad por recaudar sólo sirve para "agrandar el Estado" y financiar "redes clientelares", como si éstas no fueran, aun en su modo cuestionable, herramientas de redistribución del ingreso, y como si en Europa y Estados Unidos los beneficios del Estado de Bienestar los hubieran repartido San Pedro y San Pablo y no los funcionarios de turno a los que les tocó en suerte la tarea (lo cual no quita que el Gobierno debería avanzar hacia formas universales de garantizar el ingreso ciudadano).
Y la otra es que el lockout no habría existido si el Gobierno hubiera sido más preciso en el diseño de las retenciones y hubiera excluido a los pequeños productores, sobre la base de la idea ingenua y reaccionaria de que la distribución progresiva de ingresos es una cuestión de gerenciamiento y de que se pueden afectar los intereses de los productores agrarios y al mismo tiempo contar con su aplauso (lo cual no quita que el Gobierno podría hacer una lectura fina de la realidad social de ese sector productivo antes de darle forma definitiva a una medida).
En ese contexto, parece más que razonable la opción de aplicar las retenciones y, con otras medidas (subsidios a los combustibles, promoción de ciertos grupos industriales), tratar de contener una alianza social amplia aun a costa de moderar el efecto redistributivo. En verdad, el mayor riesgo para la Argentina es que, como un espectador marginal de la economía mundial, la presión de los precios internacionales se haga incontenible, el aumento del precio de los alimentos no pueda compensarse con los salarios, y el Gobierno pague al mismo tiempo los costos de las retenciones y los costos de la inflación, un panorama que afectaría mucho más que el futuro de una administración.
El Gobierno tiene una enorme cantidad de espacio para mejorar en cuanto al impacto de su gestión política y económica sobre la inflación. Pero aun si todas sus medidas fueran correctas, Moyano limitara las demandas salariales como la socialdemocracia de la posguerra y D'Elía adoptara los modales de Alberdi como le reclaman muchos espantados por la irrupción pública de la tensión social, aun después de todo eso, en el centro de la mesa seguiría estando el problema de la inflación y la necesidad de aplicar retenciones para evitar que el aumento de los precios internacionales impacte en la calidad de vida de los sectores populares.
jueves, 1 de mayo de 2008
LA PROVINCIA LANZA UNA TARJETA PARA QUE LOS DOCENTES TENGAN ACCESO AUTOMÁTICO AL CRÉDITO
El Presidente del Banco de
Presencia de Estados Unidos en la region
Estados Unidos con más presencia en la región. Anunció que restablecerá la Cuarta Flota para combatir el terrorismo y el narcotráfico en América del Sur y el Caribe
Los diarios de los países de América Latina dan la información, la gente mira la noticia desde el interés general, hay unas pocas opiniones de especialistas, la mayoría a favor de la decisión estadounidense de tener más presencia, casi nula reacción de nuestros gobernantes, salvo las del gobierno de Venezuela y el de Cuba. La flota avanza.
Noticia en Argentina: "Un portaaviones nuclear norteamericano participará de un ejercicio con unidades de la Armada en aguas argentinas. A partir del 5 de mayo, el poderoso navío George Washington, junto con su grupo de buques de apoyo, participará del adiestramiento Gaucho-Gringo 2008. Es la tercera vez en los últimos 20 años que un portaaviones de Estados Unidos realiza un operativo en la Argentina." Diario La Nación. Se puede decir que es lógico que los Estados Unidos hagan tamaña movida, pero no resulta lógico que gobiernos progresistas que han tomado cierta distancia de Estados Unidos y que promueven la integración sudamericana, firmen convenios en la oscuridad con el país del norte y callen ante la evidencia de las intenciones norteamericanas.
Hablar del imperialismo es hasta sencillo, pero realizar un análisis de los gobiernos de nuestra región no lo es en absoluto. Los Estados Unidos tienen una política ofensiva para el mundo, y cuentan en su haber con sendos fracasos y mucha, pero mucha inmoralidad. En cambio en la región quizás solo Brasil tenga una política global, pero el resto de nuestros países, en líneas generales tienen más que fracasos o victorias, contradicciones.
Nunca en la historia reciente de Sudamérica hubo tantas reuniones entre presidentes. Nunca hubo tanto interés, al menos en el discurso, de formular propuestas de integración regional. Nunca un presidente de los Estados Unidos salió con la cola entre las patas como lo hizo George W. Bush en Mar del Plata en noviembre de 2005.
Estados Unidos ahora quiere reflotar la Cuarta Flota (imperial) El objetivo central será la seguridad, según adelantó el comandante de las fuerzas navales del Comando Sur, el contralmirante James Stevenson. Servirá, dijo, para enviarle un mensaje a toda la región, no sólo a Venezuela.
"La flota podría aportarle más relevancia a la zona y aumentar nuestra capacidad para actuar", explicó Stevenson al diario El Nuevo Herald. Se tiene previsto que esta flota tenga bajo su "responsabilidad" a más de 30 países, cubriendo 15,6 millones de millas cuadradas, enfocándose en las aguas adyacentes a Centro y Sudamérica, el Mar Caribe, sus 12 islas y territorios europeos de ultramar, el Golfo de México y una porción del Océano Atlántico. Que atentos.
Esta flota está formada convencionalmente por escuadrones o divisiones, que pueden operar sobre lo que ellos llaman "aguas azules" (océanos), "aguas verdes" (litorales) o "aguas marrones" (fuerzas costeras o fluviales), mientras las task forces (fuerzas de tarea) son grupos especiales que se forman para conducir operaciones especificas. Así las cosas.
Los Estados Unidos nos presentaran en este caso específico el nuevo súper portaaviones George H. W. Bush, este es el último de la clase Nimitz, con propulsión nuclear y armamento de destrucción masivo, es decir nuclear, que pronto quedará anticuado porque ya está en marcha uno nuevo que construye la multinacional estadounidense de armamento y tecnología bélica Northrop Grumman Newport News, el astillero mas grande del país, el Portaaviones USS Gerald Ford, será el primero de una nueva clase, con tecnología stealth (invisible a los radares) y armas electromagnéticas.
Pero volvamos a nuestras propias contradicciones. Nuestros gobiernos firman convenios con los Estados Unidos, tal el caso de la Argentina con el adiestramiento "Gaucho-Gringo 2008" o el Unitas Fase Atlántica, o el Panamax, entre otros. El convenio actual es con un gobierno del que se ha tomado "distancia", es un gobierno que implementa la "tortura humanitaria" ("para salvar miles de vidas") que practica un programa secreto de interrogatorios y encarcelamientos de sospechosos de terrorismo, que incluye el empleo de los métodos más duros, entre ellos la privación de sueño, insultos, amenazas, el uso de drogas y simulacros de asfixia con agua, es decir que usa métodos ahora legales en los Estados Unidos porque son parte de la nueva legislación antiterrorista y que pretenden imponer en el resto del continente para homogenizar la lucha contra el terrorismo y el
narcotráfico.
Se firma un convenio con los Estados Unidos en el momento en que ellos demuestran con su polifonía de intervención en la región, de dar claras señales a Rusia, China, India y al propio Brasil que no le dejarán el terreno abandonado, no dejarán su patio trasero libre. Mientras tanto, por acá siguen los discursos de integración y de cooperación regional en
momentos en que el gobierno de Luís Ignacio Lula da Silva impulsa con fuerza la creación de un consejo sudamericano de defensa, cuyas líneas serán presentadas oficialmente próximamente.
Para ser honestos hay que decir que para los funcionarios estas no son contradicciones, son pues, líneas de trabajos paralelas y que entre ejercicios y encuentros, la Argentina busca un punto de equilibrio entre los dos pesos pesados del continente.
No se puede aceptar tamaño artilugio discursivo.
Nuevas leyes antiterroristas, intercepciones de comunicaciones, nueva tecnología de combate, e inmunidad a soldados norteamericanos serán la agenda próxima. A modo de ejemplo, hace unos días el gobierno de la provincia del Chaco, Argentina, ha dado explicaciones para tranquilizar a los intranquilos de siempre, que el convenio con la embajada norteamericana que habilitó a efectivos del Comando Sur a operar en su territorio no tiene nada de malo, solo se dedican a realizar estudios topográficos, sociales, sobre los recursos naturales, es decir; inteligencia en general, pero con el pretexto de ayudar a una dirección de emergencia local a combatir un supuesto desastre o catástrofe ambiental. A estos operativos se los denomina Operativos Nuevos Horizontes; son, según el Comando Sur Naval de Estados Unidos, "misiones de ayuda humanitarias y civiles diseñadas para promover la buena voluntad y mejorar las relaciones entre Estados Unidos y la nación organizadora.
No estamos entonces ante un problema de políticas paralelas, estamos ante un peligro generado por políticas contradictorias. Una vez más los hechos son superiores a los dichos, pues los actos hablan de lo que somos y hacia donde vamos, sin embargo no perdemos las esperanzas sostenemos que los mandatarios son producto de sus pueblos, y creemos que los pueblos del continente anhelan la integración regional y por ello celebran los anuncios de unidad.
Dependerá sin duda que los pueblos no bajen los brazos, y que demanden a sus representantes menos contradicciones y más lógica integracionista.
Juan Roque