El primer delito fue perpetrado el martes a la madrugada cuando dos hombres aflojaron las tuercas de las ruedas de adelante del automóvil de Molina. En un primer momento se pensó que se trató de un de robo frustrado que fue advertido por uno de sus yernos, que a esa hora se encontraba estudiando. El joven estudiante universitario, al escuchar ruidos extraños frente a la casa abrió la persiana que da a la calle y observó como dos hombres montaban un ciclomotor y huían del lugar. A la mañana siguiente, Molina vio que no estaban las tuercas y que -minimizando el suceso- logró salvarse del robo gracias a la tuerca de seguridad que solo gira con la introducción de una llave especial. Pero eso no fue todo. También le aflojaron la tuerca-tapón del líquido de frenos de su motocicleta de 150 cilindradas, con la clara intención de provocarle un accidente. El miércoles cuando tomó su moto para efectuar algunos trámites de rigor se dio cuenta que al llegar a la esquina el rodado no tenia frenos. En esa circunstancia, Molina acarreó su moto al taller de reparaciones y luego de ser revisada minuciosamente, el técnico le indicó que alguien que sabe mucho de motos aflojo la tuerca del liquido de freno. Sin duda se trato de un nuevo atentado. Según el mecánico, la tuerca fue situada en posición tal para que cuando su conductor accionara los frenos, el líquido se derramara en la acera impidiendo el funcionamiento del dispositivo y el rodado continuara con su recorrido y velocidad original. Los provocadores de siempre |
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